¡Hola de nuevo! Reconstruyamos las murallas destrozadas...

Hola, quizás no entiendas, al igual que yo, el propósito de muchas cosas, y al igual que yo necesitas más... Sobretodo después de ese tiempo de sequía, de dolor, como si se te deshiciera el alma; de repasar en el juego de tu mente las cosas una y otra vez, de cruzar las inmensidades de las dudas y las ganas de creer, de volver a creer, de confiar, de volver a comenzar.

No pretendo que este espacio se convierta en enseñar, y menos cuando Dios me ha mostrado que no sabía nada.

Tampoco pretendo debatir ni contigo ni con nadie lo que sólo Dios conoce. En este tiempo he aprendido a apreciar a la hermosa, grande y variada familia de Cristo; un cuerpo perfecto en su imperfectibilidad sólo por la grandeza y poder de quien lo guía. Somos su novia, su amada Iglesia y una manada pequeña lo está esperando.

No sé tú, pero yo sigo estando en la manada, soy parte del rebaño y el objeto de su amor. Pero ya no quiero estar en la alacena, camuflajeado en el mundo cristiano, ni observando desde lejos conivivir a las ovejas con el Pastor; aunque tengo que aceptar que aún eso tiene Su Olor, Su Olor Fragante que huele a Vida, que huele a Él.

Te invito, a apesar de la distancia y de las complejas circunstancias, a que aprendamos juntos de nuevo como antes, y que juntos nos enseñemos unos a otros.

Evoco y hago un llamado a la sabiduría de Dios que ha sido fiel sustentándote todos estos años y días de quebrantamiento y bendiciones; que ha conformado un tiempo que algunos llaman "la oscuridad del alma", "la oscura noche del alma", "el invierno del corazón. Si tú no ubicas estos términos, sin duda es porque esto quizás no sea para ti, pero podría servirte algún día a ti o a alguien a quien ames. Aunque quiero decirte amigo que si no lo has sentido pronto en algún momento cualquier creyente lo vivirá, y si crees que ya lo has vivido todo, prepárate... Dios cumplirá su promesa de hacerte cada día más como Él hasta el día en que estemos perfectos delante de Él.

"He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano" (sino le gusta vuelve a moldearlo)

Sé que ahora tu óptica es diferente, se te ha ampliado la Visión y la Misión te es más clara, aunque piensas que el volver a servirle... sólo Dios sabrá cómo y cuándo.



lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Por qué Dios permite que...?/ Semana 1/ Día1

Todos sabemos lo que significa ser quebrantado: sentirnos destrozados, como si nuestro mundo se derrumbara, o que todo explotara. Es un hueco, un gran vacío, una angustia o una herida. Hay ciertas circunstancias en al vida que duelen y por momentos el dolor es tan intenso que nos hace pensar que nunca sanaremos.
Sentir nuevamente el gozo al final de un periodo intenso de duelo puede producir una sensación de éxtasis. Pero esta bendición viene únicamente si experimentamos el quebrantamiento de una manera completa y nos confrontamos con la pregunta: ¿Por qué Dios permite que seamos quebrantados?

No es atractivo porque Dios se encuentra más involucrado en el proceso de transformar nuestros deseos que en el de darnos lo que deseamos... para llevarnos a la posición en la cual queremos hacer sólo lo que Dios desee

Y si pregunto: "¿Estás dispuesto a que Dios haga cualquier cosa que sea necesaria para conducirte a una total entrega a fin de que Él tenga libertad de lograr todo lo que sea para ti y todo lo que quiere realizar en ti?"

Aún cuando nos encontremos en el estado más maleable y sumiso, seguiremos padeciendo de la falta de conocimiento de nosotros mismos y de nuestros pecados. No percibimos nuestro lado oscuro. Éste es el objeto de su amor perdonador, y luego limpia, sana renueva por el poder del E.S.
"He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano"; sino le gusta, vuelve a moldearlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario